Tras las primeras Jornadas Internacionales de Estudio sobre Luigi Giussani, el sacerdote fundador del movimiento eclesial Comunión y Liberación, celebradas justo antes de la pandemia, la Universidad San Pablo-CEU volvió a acoger, del 31 de marzo al 2 de abril de 2022, la segunda edición de dichas Jornadas. Organizadas de nuevo por Ediciones Encuentro, la Asociación Católica de Propagandistas y la Asociación para la Investigación y la Docencia Universitas, en esta ocasión se centraron en la obediencia libre y creativa de Giussani a los pontífices de su tiempo, marcada por su vigorosa conciencia de pertenencia eclesial.

web de las jornadas

Las jornadas, que fueron inauguradas por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, sirvieron para ilustrar la relación de don Giussani con los papas san Pablo VI, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Las principales ponencias siguieron un orden cronológico. Massimo Camisasca, obispo emérito de Emilia-Guastalla, recordó las relaciones entre Giussani y Pablo VI, señalando que entre ambos «hubo diferencias de temperamento, pero un mutuo respeto intelectual y afectivo (…); los dos se encontraron, se conocieron y se estimaron». Alberto Frigerio, profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Milán, destacó la total sintonía de carácter, pensamiento y acentos, así como la gran amistad, que marcaron la relación entre Giussani y Juan Pablo II, quien mantuvo siempre una actitud de paternidad afectuosa hacia Comunión y Liberación, llegando a realizar una histórica visita al Meeting de Rímini. Juan Miguel Prim, vicario de Cultura y Medios de Comunicación de la Diócesis de Alcalá, disertó sobre la larga relación de amistad entre Giussani y Benedicto XVI; el primero acudía con frecuencia a visitar al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe «como un torrente en crecida, para pedir con humildad un juicio, una corrección o una confirmación de sus enseñanzas». El que Ratzinger presidiera su funeral en la catedral de Milán, y el que siendo ya papa quisiera convivir en su propia residencia con laicos consagrados pertenecientes al movimiento, son pruebas inequívocas de la estima de Benedicto XVI por Comunión y Liberación. Por último, puede que la ponencia más difícil fuese la pronunciada por el periodista de COPE José Luis Restán, sobre el paralelismo entre Giussani y Francisco. Restán recalcó, sin ignorar las diferencias de acento, temperamento y matices, las sintonías entre ambas figuras, relacionadas con aspectos esenciales del magisterio de Bergoglio: el encuentro como punto de partida de la experiencia cristiana, la moral como respuesta conmovida a una gracia que nos primerea, o la misión como aspecto esencial de una Iglesia “en salida”.

Especial interés suscitó el testimonio de Jone Echarri, fisioterapeuta especializada en neurología que trató primero a Giussani y después a Juan Pablo II de la enfermedad de Parkinson que ambos padecieron en sus últimos años. Jone recordará siempre el momento en que Giussani, tras haber recibido la primera sesión de fisioterapia y notar un importante alivio, exclamó: «Si uno experimenta un beneficio tan grande cuando es tocado por las manos de otra persona, ¿cómo será ser tocado por el Ser?». De hecho, el sacerdote lombardo acogió el deterioro físico como un don de Dios, llegando a afirmar que «si atravieso esta circunstancia hasta llegar a Aquel que está detrás, llegaré a conocerle mejor y más rápido», o que su último sentimiento era «de gratitud porque esta vida de sufrimiento proviene de Él». Jone desveló también algunas de sus conversaciones con san Juan Pablo II, a quien trató de la misma enfermedad. En particular, la respuesta del papa el día en que se atrevió a preguntarle cómo había podido soportar la dominación de Polonia primero por los nazis y luego por los comunistas. Wojtyla respondió: «Muchos abandonaron la Iglesia con el argumento de que Dios no podía permitir tanto mal durante tanto tiempo. Pero para mí fue la ocasión de pensar: ¡Qué grande es Cristo que es capaz de abrazar tanto mal y subir a la cruz cargando con él para redimirlo! Quien eleva su mirada a Cristo en la cruz, vence con Él. Yo soy un vencedor».

Los cinco ponentes, los participantes en la mesa redonda dedicada a la mirada de Giussani hacia los movimientos contestatarios del postconcilio, y los autores de las comunicaciones enviadas al congreso (varios de ellos miembros de Universitas) contribuyeron, desde sus diferentes perspectivas, a componer un retrato exhaustivo aunque siempre inacabado de quien es indudablemente una de las figuras más importantes de la Iglesia del siglo XX.