El 8 de marzo de 2022, dos semanas después del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la Asociación Universitas organizó en colaboración con el Club Tocqueville y la Fundación Conversación una conferencia con Adriano Dell´Asta, vicepresidente de la fundación Russia Cristiana y profesor asociado de lengua y literatura rusa en la Universidad del Sacro Cuore, para analizar las razones culturales, históricas y las perspectivas de futuro del conflicto.
Putin ha explicado su agresión a Ucrania argumentando que Ucrania fue creada por Lenin durante la guerra civil rusa entre bolcheviques y zaristas entre 1917 y 1922. Según su interpretación, la república socialista ucraniana, creada por Lenin, sería la primera forma de Estado en Ucrania.
Putin ha también afirmado que desde el año 2014 en las repúblicas separatistas ucranianas de Donetsk y Lugansk, que provocaron una secesión filorusa en territorio ucraniano, se estaba llevando a cabo un «genocidio» de rusos etnicos por mano del gobierno ucraniano.
Además, en su anuncio unas horas antes del ataque del 24 de febrero, Putin afirmó que iba a empezar una «operación militar especial» para «desmilitarizar» y «desnazificar» Ucrania. Adriano Dell´Asta ofreció razones para entender mejor el contexto en el cual ha surgido la visión de la historia del régimen de Putin, al que asimiló con una tiranía y del que dijo que era un régimen que respetaba muy poco las libertades.
Esto se podía entender remontándonos unos años, cuando, después de la perestroika de Gorbachov en los años 80, y la disolución de la URSS en 1991, aunque se habían normalizado las relaciones entre Rusia y el mundo occidental, aunque muchas veces con poco éxito, la mayoría de los pueblos de Europa y Norteamérica tenemos una percepción de extrañeza respecto de la cultura y la historia rusa, la sensación de no entender bien los acontecimientos de su historia y los textos de su cultura literaria. Como consecuencia, los intereses políticos y económicos de occidente se han configurado en muchas ocasiones en oposición a los de Rusia. Esta incomprensión, que en parte se explica por un choque cultura entre dos modelos civilizatorios, es utilizado propagandísticamente por el gobierno de Putin para acabar con la amenaza ucraniana de una expansión democrática y un modelo más liberal que el Kremlin siente también como un caballo de Troya para su régimen totalitario.
Esto exlica que desde la subida al poder como presidente de la Federación Rusa en el año 2000, se hayan reprimido con asesinatos y arrestos muchos esfuerzos de oposición a Putin. A pesar de ello, en la sociedad rusa siempre han surgido ejemplos de resistencia pacífica y gestos de responsabilidad personal y social, aunque todavía no puedan alcanzar formas de representación parlamentaria. Es nuestra responsabilidad moral darles voz y apoyo porque Europa y Rusia son dos pulmones de una misma realidad cultural e histórica. Nos necesitamos mutuamente y no podemos abandonar al pueblo ruso.